lunes, 9 de abril de 2012

Argentina a Semis

Argentina le ganó a Croacia. Del Potro hizo su parte, otra vez, frente a Cilic  y el equipo capitaneado por Jaite se instaló entre los cuatro mejores. Después, Mónaco terminó de darle forma a un 4-1 escasamente representativo de las dificultades de la serie.
Así parecía que iba a suceder. Así fue. Pero los cuartos de final dejaron mucho más que un triunfo con sobresaltos a pesar de la holgura en el resultado. En el juego de la suma y la resta que siempre comprende a las conclusiones, quizás haya quedado más en el debe que en el haber. Difícil de argumentar después de un triunfo. Casi improcedente una vez que Argentina consumó su lugar en semifinales. Pero... Siempre hay un pero en el querido equipo criollo de Copa Davis. Siempre.
El hecho concreto es la clasificación. El dato abstracto es la proyección. Sobre todo cuando la visión del futuro supone el análisis de unas cuantas situaciones de las que nadie se atreverá a hablar. Es más, ante el primer atisbo de objeción, aparecerán respuestas rotundas en contrario. Quien tenga la osadía de analizar la serie más allá del court central del estadio Mary Terán de Weiss, correrá el riesgo de ser acusado de traidor.
Sucede que es imprescindible hablar de lo que pasa afuera del court. O mejor escrito, lo que se olfatea por las actitudes, los comportamientos, las declaraciones. No hay pruebas. Sí existen sensaciones. Claras, evidentes.
Este es el año para que Argentina gane de una vez por todas la tan ansiada Ensaladera de Plata. Mucho más factible que en 2008 cuando se suponía que Rafa Nadal estaría en el equipo español.
A propósito de aquella final. Allí se produjo el último gran quiebre. Se menciona como último porque la historia argentina en Copa Davis está llena de desventuras y desencuentros.
Nalbandian y Del Potro tardaron casi tres años en volver a coincidir en una serie. Fue en la semifinal del año pasado frente a Serbia en Belgrado.
Nadie puede... Sí puede. Nadie debería poner en duda la argentinidad de David y Delpo. Tanto como soslayar la pésima relación que tienen. No se quieren.
No se cruzaron en los entrenamientos durante toda la semana. Juan Martín estuvo ausente cuando jugó Nalbandian. David estuvo a regañadientes cuando jugó Delpo. Ambos obligados por las apariencias. También "posaron" para las cámaras y se tiraron flores. Casi marchitas, pero flores al fin. Pero a esta altura es imposible de disimular: no se quieren.
Ahora bien. ¿Qué tendría que hacer Jaite para acercar las partes? ¿Cómo lo haría? Intentar amigarlos supondría un fracaso seguro.
* ¿Quién es el que tiene más problemas con Nalbandian? ¿Del Potro o Davin?
* Las razones del distanciamiento no parecen deportivas. ¿Y entonces?
Fin de las observaciones.
Lo que tiene que hacer Jaite, así parece en el caso de que tenga la potestad de tomar decisiones y no ser un simple administrativo de la Asociación Argentina de Tenis, es distribuir las piezas en función del equipo y hacer equilibrio. No cometer errores en las declaraciones y por momentos, si la situación lo requiere, hacer la plancha.
No cabe ninguna duda de que 2012 es el año. Pero después de convivir con la serie ante Croacia en Villa Soldati, asoma un sabor amargo que no por conocido deja de bajarles un cambio a las expectativas.
Vendrá República Checa y después, probablemente, otra vez España en la final. Todos aquí. Todo parece indicar que Argentina es favorita. Eso parece desde afuera. Desde adentro, la deuda interna puede hacer trizas todo. Como siempre. Lamentablemente.

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